No olvidaremos el cariño que se nos demostraron, la felicidad en sus rostros cuando volvían otro día solo para saludar, o los que se la pasaban pintando en la mesa que teníamos a disposición, porque a su corta edad solo eso les entusiasma hacer, o los jóvenes que entre bromas, demostraban que la actividad había dejado un mayor conocimiento, o los que en silencio nos conocieron y nos dejaron ser parte de su día a día (los vendedores).
Agradecemos a los amigos de la Alcaldía por todo el apoyo que nos dieron en cuanto a montaje y coordinación de grupos (Miguel y Francisco), a los lugares que patrocinaron nuestros almuerzos (El Gringo, Los Balcones, Villa Balanza y en especial a Fransuchi por toda la fina atención hacia nosotros).
A los voluntarios: Diana, Hazel, Quique, Valeria y Adriana, quienes se turnaron para apoyar a Ligia Salguero (Encargada de las actividades) para que todo fuera un éxito.
Entre calles empedradas, el conocimiento fluyo para quedarse en la mente de niños, niñas, jóvenes y aún maestros, con los que esperamos un día volver a coincidir.
Agradecemos a los amigos de la Alcaldía por todo el apoyo que nos dieron en cuanto a montaje y coordinación de grupos (Miguel y Francisco), a los lugares que patrocinaron nuestros almuerzos (El Gringo, Los Balcones, Villa Balanza y en especial a Fransuchi por toda la fina atención hacia nosotros).
A los voluntarios: Diana, Hazel, Quique, Valeria y Adriana, quienes se turnaron para apoyar a Ligia Salguero (Encargada de las actividades) para que todo fuera un éxito.
Entre calles empedradas, el conocimiento fluyo para quedarse en la mente de niños, niñas, jóvenes y aún maestros, con los que esperamos un día volver a coincidir.
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